viernes, 17 de diciembre de 2010

El analfabetismo en el mundo

El grave problema del analfabetismo en los países desarrollados y subdesarrollados sigue siendo uno de los temas prioritarios a solucionar desde que se analizara profundamente en la Conferencia Mundial de Educación para Todos, celebrada en 1990 en Jomtiem (Tailandia). En esta cita a la que asistieron representantes de países de todo el mundo se llegó al consenso de que la alfabetización es uno de los factores clave para resolver muchos de los problemas más acuciantes en todas las sociedades, que la realización plena del ser humano sólo se logra a través de la educación y que promover la educación es fundamental para el desarrollo de las naciones. No en vano constituye una herramienta muy eficaz para combatir la pobreza y la desigualdad, mejorar los niveles de salud y bienestar social, y sentar las bases para un crecimiento económico sostenido y una democracia duradera. Razón por la que la educación se incluyó entre los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, fijándose el año 2015 como fecha límite para alcanzar un 100% de educación primaria para todos los niños del mundo. Como consecuencia, a finales del año 2001 la Asamblea General de la ONU proclamó al período 2003-2012 como el 'Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización', ratificando así el objetivo fijado en el Foro de Educación Mundial de Dakar de educación primaria efectiva para el año 2015.
Pero la situación más alarmante se deriva del retroceso que ha experimentado el proceso de alfabetización en el mundo; mientras que en la mitad del siglo XX se habían logrado grandes avances en términos de la erradicación de analfabetismo -objetivo largamente declarado por la comunidad internacional- actualmente parece que esta tendencia está cambiando y se teme que hasta podrían perderse los logros obtenidos en el pasado ante el recorte de recursos para la educación en muchos países castigados por crisis económicas. En estos momentos, más de un 15% de la población mundial es analfabeta y por lo tanto excluida de cualquier posibilidad de participar activamente en la sociedad del conocimiento. Son pueblos enteros los que sufren las consecuencias de la imposibilidad de acceder a la herramienta más básica para comunicarse en la sociedad moderna. Se vulnera así el derecho de la educación básica, un derecho formalmente reconocido desde su consagración hace 50 años en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.